“Soy Rubén Darío Castiñeiras, pero el mundo me conoce como El Pepo”, dice una voz, la de El Pepo, a las once de la noche del domingo en la pantalla de Telefe. En un video corto, El Pepo da el ejemplo de cómo deberíamos presentarnos en la vida: “Lo tuve todo: fans, fama, llenaba teatros, boliches y estadios… Pero la droga me dejó sin nada.
Entrar a la cancha con un gol desde el vestuario debe ser algo así como meter en los cines una película de Gilda en la que Natalia Oreiro encarna a Gilda, se parece a Gilda y te hace creer que es Gilda. Lorena Muñoz, directora de Gilda, no me arrepiento de este amor, toma una decisión muy conveniente al sacarse de encima, así bien de una, el tema de la muerte.